Cuando se habla de un trastorno bipolar frecuentemente lo asociamos con la capacidad de una persona para poder cambiar de un estado de ánimo a otro en cuestión de momentos, sin embargo, lo que pocos saben acerca de él es que consiste en una afección más grave de lo que aparenta.
Un trastorno de este tipo afecta varias áreas de la vida de un individuo, ya sea a nivel laboral, interpersonal, emocional, etc. Se caracteriza por afectar los mecanismos encargados de regular el estado anímico y, a día de hoy, no hay conocimiento de alguna cura, aunque existen tratamientos que permiten a los pacientes llevar una vida lo más normal posible.
A pesar de que es uno de los trastornos más conocidos, hay mucho que no se sabe sobre sus síntomas, causas y variantes existentes, es por eso que en este artículo profundizamos en el trastorno bipolar y sus características.
Las causas del trastorno bipolar son principalmente genéticas y biológicas al tener un funcionamiento erróneo del sistema límbico, que es el responsable de las emociones y su regulación con el propósito de mantener un estado de ánimo estable de acuerdo a cada contexto en el que nos encontremos.
Suele empezar durante la adolescencia o la adultez temprana y algunos de los factores de riesgo que causan estos episodios son el consumo de tóxicos para el cuerpo como el alcohol o las drogas, las pocas horas de sueño, y algunos fármacos que se ingieren sin la autorización de un especialista.
Las categorías en las que se divide el trastorno bipolar son cuatro, veamos en qué consiste cada una de ellas:
El primero de los tipos de este trastorno se caracteriza por incluir episodios que duran alrededor de siete días o manías que pueden agravarse hasta requerir de hospitalización; en este trastorno bipolar se puede experimentar depresión en un grado mayor que puede durar aproximadamente dos semanas.
Al igual que en la categoría anterior, esta clase de trastorno bipolar incluye depresión y manías, siendo estas últimas de menor intensidad que en el trastorno bipolar I.
La característica de este tipo es la aparición de episodios depresivos con repercusiones graves antes o después de un episodio maníaco, teniendo que requerir atención especializada.
En este tipo de trastorno los síntomas de depresión e hipomanía pueden llegar a durar alrededor de un año en los niños y dos años en los adultos, no obstante, estos no se categorizan como depresivos o maníacos en su totalidad debido a los criterios establecidos.
En esta última categoría se engloban aquellos trastornos que no poseen las características de los anteriores, dependiendo de factores como afecciones médicas o el abuso de sustancias.
El trastorno bipolar se caracteriza por la presencia de síntomas maníacos o hipomaníacos: cuando una persona sufre de un episodio maníaco muestra un estado anímico muy eufórico, interrumpido por estallidos frecuentes de intensa irritabilidad que puede escalar hasta la violencia.
Por otra parte, cuando hablamos de un episodio hipomaníaco nos referimos a los estados de ánimo anormalmente elevados o irritables de la persona, pero de forma más leve y durante un lapso de cuatro días aproximadamente.
Durante el periodo de manifestación de un episodio maníaco es necesaria la aparición de al menos tres de los siguientes síntomas:
Aunque los síntomas son esencialmente los mismos para uno u otro tipo de episodios del trastorno bipolar, la hipomanía acarrea un deterioro mucho menor en el funcionamiento de la persona, por lo que no se requiere hospitalización.
Identificar el trastorno bipolar puede tardar años al relacionarse con un estado depresivo, sin embargo, es posible diagnosticarlo si se acude con un psicólogo profesional en cuanto aparezca alguno de sus síntomas, evitando así mayores alteraciones en la vida de las personas que lo padecen y de sus seres queridos.
Con el objetivo de detectar el trastorno bipolar, el médico puede hacer exámenes físicos y pruebas médicas completas que descarten otras enfermedades o, según el caso, confirmen la presencia de bipolaridad; bajo esas circunstancias, es importante remitir a la persona a una evaluación psiquiátrica para diagnosticar qué tipo de trastorno la aqueja.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que debe tratarse apropiadamente, por ello es fundamental que ante sus síntomas se busque la ayuda necesaria con el fin de llevar una vida tranquila y libre de problemas emocionales.
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