¿Qué es la felicidad?
Seguramente es una pregunta en la que la mayoría hemos pensado alguna vez y aunque la felicidad es totalmente un estado de bienestar subjetivo, la Real Academia Española (RAE) define la felicidad como un estado de grata satisfacción espiritual y física.
Pasamos la vida entera buscando ser felices, algunos podrán pensar que su felicidad depende del éxito que lleguen a tener, otros muchos que la felicidad se mide con el dinero o con todo lo que llegues a lograr. Cada respuesta es válida si recordamos que es algo completamente subjetivo y en el caso de los niños ¿cómo la perciben?
¿Qué es la felicidad para los niños?
Los niños realmente no requieren de grandes cosas y mucho menos materiales para estar felices. Ellos coleccionan momentos y los atesoran cuando son experiencias positivas que les aportan alegría y diversión. Para algunos niños la felicidad viene en forma de abrazos, caricias, idas al parque, juguetes, helados, tiempo con mamá y papá, mascotas, amigos, una fiesta, juegos, etc. Esto conlleva a que sea mucho más sencillo causar la felicidad de los niños, ¿a poco no?
¿Cómo lograr que los niños sean felices?
La felicidad sí es un estado de bienestar subjetivo y a cada niño puede hacerle feliz algo que a otro no tanto, pero si se trabaja con estas sugerencias que te dejo abajo, seguro que construyes los cimientos de una vida mucho más saludable y feliz.
- ¡Deja que juegue! Los niños necesitan jugar libremente, sin reglas, sin ser guiados por los adultos todo el tiempo. El juego libre y espontáneo surgido a partir de la propia curiosidad e iniciativa del niño les permite desarrollar muchas habilidades y obtener muchos aprendizajes.
- Pasa tiempo de calidad con él/ella. Jugar es el “trabajo de los más pequeños”. Es necesario para su sano desarrollo y aprendizaje, pero además hacerlo con mamá y papá favorece el vínculo afectivo, la comunicación padre-madre-hijo y fomenta el aprendizaje. Los niños que comparten más tiempo con sus padres suelen tener recuerdos mucho más agradables de su época infantil.
- Evita abusar de las reglas y los límites. Si bien es cierto que los niños necesitan limites, estructura y reglas para sentirse seguros, un exceso de ello puede causar el efecto contrario y ocasionar que se sientan ansiosos, puede afectar su autoestima e inhibir la toma de decisiones ya que se vuelven dependientes de lo que el padre o la madre decida. Por eso es importante aplicarlos pero con cuidado y eligiendo los adecuados para su rango de edad y para su desarrollo.
- No le etiquetes. Decirle ‘eres malo’, ‘eres tonto’, etc. le predispone a moldear su actitud para encajar en este perfil y le limita a verse como le has llamado. Una mejor idea es descalificar su conducta indeseada ya que no es lo mismo decirle “eres malo” a decirle “lo que hiciste estuvo mal” esta segunda frase deja lugar a que el niño pueda modificar la conducta y no afecta su autoestima.
- Permítele crecer y fomenta su autonomía. Estimular la independencia de los niños, potenciará su autoestima, su seguridad, la confianza en sí mismos y estar seguros de sus capacidades, con las cuales aprenderán a asumir riesgos y valorar sus posibilidades de éxito. La autonomía desarrolla en sí misma las siguientes habilidades: la iniciativa personal, identificación de necesidades y búsqueda de soluciones; el liderazgo y apertura; y el compromiso y la autoeficacia.
- Asegúrate de que realice alguna actividad física durante el día. El ejercicio es fundamental en la infancia, un hábito saludable que deben adoptar desde que son niños para llevar una vida sana y feliz.
- Evita tenerle siempre con una tableta/celular en mano. Los niños de hoy viven demasiado enganchados a la tecnología, como también lo estamos los adultos. Si desconectaran un poco de las pantallas y vivieran más al aire libre, se volverían niños más activos y sanos.
- Reconoce sus logros Por pequeños que los logros puedan ser, reconocérselos le hará sentir valioso y motivado a alcanzar otros. Un logro reconocido podría ser comentarle algo como “me ha gustado mucho cómo a pesar de haberte equivocado, lo volviste a intentar” haciendo referencia a que los errores también están permitidos y el trabajar en ellos es un logro muy importante.
- No le exijas tanto sólo porque puede. Cuando los padres se pasan de exigencia, cuando presionan para que el hijo responda a su proyecto y están permanentemente encima de él diciéndole lo que ha o no ha de hacer, provocan dependencia. De pequeños pueden resultar muy obedientes y ordenados, pero son niños con poco criterio y poco autónomos, y eso puede dar problemas cuando sean adolescentes y adultos; porque si no interiorizan los valores les resultará difícil tomar decisiones y esperarán que alguien les diga lo que tienen qué hacer.
- Respeta sus emociones y anímale a expresarlas. Hablar con los niños acerca de sus emociones, de manera natural, permite que puedan aprender a expresarlas con mayor facilidad. Es importante validarles sus emociones, escucharles activamente y tratar de darle un nombre a la emoción que expresen para ayudarle a identificar lo que siente y en la medida de lo posible, modelar la expresión asertiva de las emociones. Los niños y niñas que observan a sus padres expresar sus emociones de una manera saludable como es, hablando de lo que les pasa con otras personas, buscando soluciones, etc; suelen ser quienes tienen un manejo emocional adecuado.
Receta de la felicidad
Les invito a que, junto con sus hijos elaboren la receta de la felicidad, pueden hacerla familiar o individual siguiendo estos sencillos pasos:
- Piensa en actividades que te gusten y disfrutes, así como en emociones agradables e incluso cualidades personales.
- Escribe a manera de receta cuánto necesitarías de estas actividades, emociones y/o cualidades; ejemplo: 1 kg de música favorita, 500 gr de abrazos, 1 cucharada de juegos de mesa, 1 lt de paciencia…etc.
- Ya que tengas las cantidades, escribe el modo de preparación; ejemplo: Por la mañana tomo una cucharada de paciencia mezclada con optimismo, por la tarde vierto en un platón 1 kg de música favorita acompañada de una pizca de baile…etc.
- Cuando la hayas finalizado colócala en algún lugar donde puedas verla apenas te despiertes y esfuérzate por seguirla. Verás que vas consiguiendo tener hábitos que te ayuden a sentirte más feliz.