La inseguridad es básicamente una característica que nos hace dudar de nuestra capacidad para tomar decisiones y afrontar nuevos retos. Sentimos miedo de tomar una decisión errónea y obtener consecuencias negativas que no vamos a poder afrontar, debido a las expectativas y opiniones de los demás.
La inseguridad produce necesidades emocionales irregulares. Es una emoción negativa y algunas características son sentimientos de inferioridad, no sentirse amado, dudar de uno mismo y miedo a la crítica. La falta de confianza en uno mismo es debido a que tenemos expectativas irreales.
La inseguridad puede promover estados de timidez, paranoia y aislamiento social, o alternativamente, puede alentar conductas compensatorias, como la arrogancia, el narcisismo, o la agresividad.
La inseguridad tiene muchos efectos en la vida de una persona. Hay varios niveles de la misma. Casi siempre causa cierto grado de aislamiento; cuanto mayor es la inseguridad, mayor es el grado de aislamiento. La inseguridad suele tener sus raíces en los primeros años de la infancia de una persona. Como la inseguridad puede ser muy molesta y limitante y la psique se encuentra amenazada, a menudo se acompaña de mecanismos de defensa que se manifiestan en distintos estilos de personalidad.
La inseguridad puede ser superada. Se necesita tiempo, paciencia y una comprensión gradual de que el valor propio es puramente una cuestión de perspectiva (o la opinión subjetiva de uno mismo), por lo que si bien puede ser cierto que la inseguridad puede seguir a la preocupación por la realidad objetiva, esto no es de ninguna manera una necesidad, sino más bien una tendencia.
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Psicomérida, Especialistas en Psicología