La fobia es un miedo intenso, persistente e irracional hacia un objeto, situación o actividad específica, debido al cual el individuo lleva una vida limitada. También puede definirse como un conjunto de reacciones que tienen las personas cuando se encuentran frente a una cosa o situación que le infunde miedo.
El miedo y fobia se diferencian fundamentalmente en su intensidad y en sus repercusiones. El miedo común suele aparecer ante circunstancias que objetivamente representan algún peligro real. Su repercusión en el estado de ánimo de quien lo sufre generalmente guarda proporción con el peligro que se corre. Por el contrario, la persona que tiene fobia, siente una sensación de miedo mucho más intensa, que no guarda relación con el objeto que lo produce.
La ansiedad fóbica se distingue de otras formas de ansiedad por qué ocurre solo en presencia de un objeto o situación específica, caracterizándose por síntomas fisiológicos como el latido cardiaco acelerado, molestias gástricas, nauseas, diarreas, micción muy fuerte sensación de ahogo, enrojecimiento del rostro, transpiración abundante, temblores y desmayos. Algunos fóbicos son capaces de afrontar sus miedos, pero por lo general evitan el objeto que les causa el temor, lo que a menudo impide la libertad del sujeto.
Se pueden clasificar en tres grupos:
Que son reacciones que se suscitan cuando las personas se encuentran en un lugar determinado.
Que es el temor a estar en contacto tanto con objetos inanimados como con animales esta última se llama zoofobia.
Que se producen cuando se teme realizar un acto peligroso, como arrojarse por una ventana (fobia de defenestración). El miedo desaparece cuando se alejan de esos espacios.
La fobia social es un temor a la gente pero no a la cantidad de personas, sino a la observación y evaluación de esta gente. Esconde detrás una bajo autoestima e inseguridad, así como mucha exigencia.
A Rocío este problema le provocaba un alto sufrimiento. No se veía capaz de ir a ciertas clases de la Universidad, le ocasionaba problemas de relación con los demás y no sabía cómo aprovechar situaciones con chicos que le interesaban. Se sentía muy débil para poder tener y mantener un grupo de amigas y nunca se comunicaba íntimamente ni con los padres ni con los amigos.
Tratamiento
Es estos casos la reestructuración cognitiva en el refuerzo de la autoestima y en la crítica interna a los demás es fundamental. Durante las sesiones fueron trabajadas situación sociales en imaginación y en exposición en que cada semana eran pautados pasos para ver cuál sería la reacción de la gente. La confrontación siempre daba una valoración positiva por parte de los demás.
“no puedo, no puedo decir nada y no sé por qué…; estoy muy mal”
Cuando Rocío empezó a ver más características positivas de ella que negativas, se sintió cada vez más en el mismo nivel que las demás personas y empezó a relacionarse como lo hacían los otros con ella. Se dio cuenta de que la gente la trataba bien y fue la retroalimentación que le permitió cambiar su percepción de debilidad social.
Actualmente, Rocío no tiene ningún problema de timidez que le afecte alguna área de su vida, si bien continúa con timidez puntual en ciertas situaciones y días, ya que forma parte de la timidez innata o temperamental.
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Psicomérida, Especialistas en Psicología