Licenciada en Psicología.
Psicoterapeuta con Enfoque Cognitivo-Humanista.
Especialista en Depresión, Ansiedad, Intento Suicida, Alcholismo.
Las relaciones de pareja en la actualidad pasan por notables conflictos a los que un par de décadas atrás no se enfrentaban, esto nos ha llevado constantemente a preguntarnos si estamos bien con nuestra pareja y nos abre la puerta para sentirnos libres de elegirnos cuando una relación ya no es sana.
La reciprocidad se ha vuelto una característica inamovible en la construcción de una relación sana, pues a menudo esta es la señal que nos permite sentirnos amados, atendidos, cuidados, apoyados y motivados en una relación.
Para responder esta pregunta es importante entender un par de cosas, la primera; que cada uno da lo que puede, desde los recursos que tiene, esto significa que depende mucho de como cada parte haya aprendido a amar y también de como haya aprendido a ser amado.
A menudo, nos daremos cuenta de que en cada momento de la relación tenemos cosas diferentes que dar, es decir, quizás uno de los dos, tenga mas herramientas emocionales y contenga al otro de forma afectiva, pero el otro quizás tenga mas recursos económicos y pueda apoyar a su pareja de esta manera, las parejas se van completando de manera que siempre tenemos algo que ofrecernos entre sí y esto es algo dinámico.
Esta pregunta surge cuando llega la sensación de sentir que estoy dando más de lo que recibo, esto nos lleva al segundo punto a considerar; si bien cada uno da la que puede, lo más sano del mundo es tener la capacidad de elegir con libertad, sí eso que me da el otro es suficiente para sostener una relación o para sostenerme a mí. Cuando la respuesta es no, lo prudente es a través de la comunicación expresar esta sensación, ya que, de no hacerlo, puede contribuir a que la relación se desgaste.
Por otro lado, surge otra pregunta ¿hasta donde es sano dar? Es sano dar hasta donde no te pierdas a ti mismo, donde dar no te quite demasiado a ti mismo o misma, considera que el acto de dar es un acto de amor, pero como todo acto de amor no puedes vaciarte a ti para llenar al otro, esto implicaría que al cabo de un tiempo terminaras sintiendo que has dado más de lo que has recibido, continuando con una profunda decepción o acumulando sentimientos como el enojo.
El arte de la reciprocidad es como un baile, no puedes bailar solo, te cansaras y al cabo de un tiempo sentirás injusto que el otro no se mueva, en cambio cuando entendemos que no hay pasos hacia atrás si no turnos, será fácil también ir hacia adelante y sentir que el otro esta contigo.
La función de la pareja en la vida del ser humano es la de obtener un compañero o compañera que desempeñe justamente esa función: La de acompañar. La reciprocidad es esta forma de amar que puede brindar esta sensación y que además le permite a la pareja seguirse construyendo.
Sin duda, esta es un área de la pareja que siempre se ha de pulir y es algo que se aprende generalmente con la práctica, es por ello, que te invito a desarrollar estas herramientas en un ambiente seguro y dirigido por profesionales en el que podrás construir o reforzar tu relación, a partir de la reciprocidad.
Este articulo fue escrito por nuestro Psicologa Diana Marin
Licenciada en Psicología.
Psicoterapeuta con Enfoque Cognitivo-Humanista.
Especialista en Depresión, Ansiedad, Intento Suicida, Alcholismo.
Conocer más Preguntar por la psicologa
Si deseas obtener apoyo psicológico para ti o de algún conocido puedes acudir a Psicomérida, somos una clínica de Psicólogos en Mérida, Yucatán orientada a promover el desarrollo humano, bienestar emocional y salud mental en nuestros pacientes, contamos con psicologos especialistas en terapia para parejas para apoyarte.
Agenda una terapia familiar, terapia de pareja o terapia en línea nosotros escribiéndonos por el WhatsApp disponible en nuestra página, llamando al 999 387 6021 o dejando tus datos en el formulario para que nos pongamos en contacto contigo.