¿Cómo manejar la ansiedad?

¿Qué es la ansiedad y cómo manejarla?

 

Hoy en día, la ansiedad anda en boca de todos, es decir, se ha convertido en un tema de
interés muy común en el mundo debido a que una gran cantidad de personas la han experimentado
en su vida. Esto ha hecho que queramos entenderla para poder manejarla de mejor manera.
Para comenzar a entender la ansiedad es importante comprender antes un poco sobre
nuestro funcionamiento neurobiológico, del cual te comenzaré platicando un poco en éste artículo,
y después de entender su origen, te invito a revisar algunas recomendaciones básicas que puedan
ser de utilidad en la vida diaria ¿Me acompañas a revisarlo?

Bueno, si llegaste a ésta parte, quiere decir que en verdad te interesa saber del tema,
comencemos…

Nuestro cerebro desde mi perspectiva, es una estructura maravillosa de nuestro cuerpo,
pues nos dota de diferentes funciones imprescindibles para la vida. Una de esas funciones es el
miedo, sí, aunque no lo creas necesitamos del miedo para vivir; imagina si ante cualquier peligro no
sintiéramos miedo y por ende no hiciéramos nada para ponernos a salvo, definitivamente no
sobreviviríamos. Nuestra evolución a lo largo de miles de años nos ha permitido ser cada vez más
listos y hábiles para protegernos mejor y preservar nuestro bienestar.

La estructura cerebral encargada del miedo es la amígdala, ella es la encargada principal de
registrar los peligros del exterior y “encender” en nuestro cuerpo una “señal de alarma” que
desencadena en nosotros un conjunto increíble de procesos, entre ellos, la liberación de la
adrenalina y el cortisol. Quizá esos nombres te suenen un poco, pues generalmente sabemos que
estamos bajo el influjo de dichas sustancias de nuestro cuerpo cuando nuestro corazón late a mucha
velocidad, la respiración también se acelera y sentimos como si nos faltara el aire, aumenta nuestra
sudoración, nos sentimos inquietos, hipervigilantes de nuestro entorno, con pensamientos muy
rápidos y catastróficos, con malestar digestivo, y dependiendo la intensidad, puede derivar hasta en
dolor de cabeza, mareos, insomnio y muchos otros malestares ¿Alguna vez has sentido esto?
Si tu respuesta a esta última pregunta fue sí, entonces, es urgente que emprendas
estrategias para manejar estos síntomas.

Antes de pasar a las estrategias, solo me gustaría platicarte de una diferencia importante, y
es que hasta ahora podría parecer que miedo y ansiedad es lo mismo, pero definitivamente no lo
es. El miedo es cuando experimentamos éstas sensaciones que te describí anteriormente, frente a
un peligro que está sucediendo realmente y en ese momento. En cambio, la ansiedad es cuando el
peligro no está sucediendo, pero yo temo que suceda o imagino todo lo que pasaría si eso que temo
sucediera. Lo interesante es que el simple hecho de anticipar peligros desencadena en nosotros esa
misma respuesta fisiológica.

Entonces ahora ya lo sabes, que el primer paso para manejar la ansiedad es imprescindible
diferenciar entre un peligro real o imaginario. Debemos cuidar mucho de nuestros pensamientos,
procurando que aquello a lo que le permitamos un espacio en nuestra mente, sea racional y basado
en hechos reales. Te voy a poner un ejemplo: me angustia mucho que dentro de 3 años yo pueda
quedarme sin trabajo y también me preocupa bastante que si voy a una fiesta con muchas personas
y sin medidas de protección pueda contagiarme en plena pandemia. Dime ¿qué opinas? ¿Cuál es
miedo y cuál es ansiedad? Exacto, acer

 

 

taste, evidentemente el primer caso, no es real, pues el día
de hoy no me están corriendo de mi trabajo ni tengo razones para temerlo ahora, sino que me estoy
anticipando a un futuro que puede ser o no, y el otro temor sobre contagiarme claramente es real
y es un peligro presente al que debo prestar atención y protegerme.

Entonces las recomendaciones prácticas que quiero compartirte para evitar la ansiedad o
bien, manejarla cuando se presente, son las siguientes:

1) Cuida que tus pensamientos y temores estén basados en hechos reales y no sean
escenarios imaginarios creados por tu mente.
2) Procura enfocar tu atención en el presente, en el aquí y ahora, pues el momento
que tenemos para disfrutar es ahora, y el futuro sale de nuestro margen de control.
3) Haz actividades placenteras, relajantes, productivas y de distracción que te
permitan mostrarle a tu amígdala cerebral que “todo está bien en el entorno” para
que deje de encender su “falsa señal de alarma”. Te recomiendo mucho practicar
reparación profunda, yoga o meditación.
4) Si notas que el malestar persiste, acude con un profesional en salud mental para
que pueda apoyarte conociendo tus necesidades personales.

Escrito por: Albertina Zepeda

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