10 maneras de apoyar la autoestima de nuestros hijos con problemas de conducta.
Lizzet Cervantes Pantoja
Maestra en Psicología Clínica Infantil.
El tema de la autoestima por lo general no es un tema que suela aparecer en las preocupaciones de –la mayoría de- los padres de familia que asisten a mi práctica privada. Por supuesto, es válido preocuparse en primera instancia por el comportamiento que más nos causa dificultades con el niño o niña (llámese berrinches, desobediencia, baja tolerancia a la frustración, no saber controlar su enojo, etc.)… sin embargo, siempre que haya alguna dificultad conductual, es necesario considerar que la autoestima pueda estar afectada de alguna u otra manera.
Es por eso que, por ejemplo, en los niños que “se portan mal”, pueda haber una autopercepción que lo lleve a pensar frases como “soy malo”, “todo lo hago mal”; o pensemos por ejemplo en un niño que no pueda controlar su enojo y eso lo lleve a gritar y patalear (y por supuesto, con el respectivo regaño por parte de los padres), es posible que este niño se sienta o perciba como inadecuado ante algo que no puede controlar y que “debería hacer”. Y qué decir de los niños que al desobedecer, reciben de los padres un “cuando te portas así, ya no te quiero”.
El papel de los padres se vuelve entonces de SUMA IMPORTANCIA (así con mayúsculas para resaltar la misma), ya que tienen que volverse este apoyo que da soporte y amortigua las conductas disruptivas, pero a la vez, no deja de dar afecto y acepta de manera incondicional al hijo. El presente artículo pretende dar algunas pautas para, precisamente, brindar apoyo aun en momentos en los que el comportamiento nos está sacando de nuestras casillas.
Ten paciencia. Recuerda que el niño nos comunica también a través de sus conductas, si caemos en el regaño o los gritos, es probable que no lleguemos a escuchar de manera tan clara el mensaje que quiere darnos a través de su mal comportamiento. Relájate, respira y recuerda que tu eres el papá o la mamá.
Aceptación incondicional. No hay nada peor para un niño que tiene dificultades para controlarse, que su figura más importante (llámese papá o mamá) le diga que “ya no lo va(n) a querer”… pónganse en el lugar del niño e imaginen que su proveedor de cuidados y afecto les diga algo así ¡imagínense que susto! Es importante que el niño sepa que aun cuando se porta mal, se le sigue queriendo. Ejemplo: “Hijo(a), sabes que te quiero mucho, PERO no es correcto que le grites a papá de ese modo”.
Empatía. Como mencioné en el punto pasado… pónganse en su lugar: El niño está apenas en una etapa en la que se encuentra aprendiendo cómo funciona el mundo, cómo se controlan las emociones, quién es el, etc. Es ideal usar frases como “Entiendo que no tengas ganas de ir a la escuela, con este clima yo tampoco tendría ganas de ir, PERO sabes que es tu responsabilidad”.
Poner límites. La nueva generación de papás y mamás, están preocupados porque sus hijos pasen el menor sufrimiento posible y por ello les compran todo lo que pide, les permiten o ceden ante muchas cosas (…demasiadas, me atrevería a decir), pero esto se vuelve contraproducente conforme avanzan los años. Ponerle reglas, límites y consecuencias (sin gritos, pero con firmeza) le da a los niños una estructura que se convierte beneficiosa para la seguridad en los niños pues, además de enseñarles cómo funciona la sociedad, ayuda a fomentar su autonomía y el propio monitoreo de sus conductas. Y sí, quizás se enoje cuando se le ponga el límite, pero a corto o mediano plazo, entenderá que es por su bien.
Halagos y elogios. Me parece que esto ya se vuelve hasta un cliché cuando hablamos de autoestima, es por eso que en este punto quiero aclarar el modo de realizarlos… Es importante que los halagos o elogios sean REALES, es decir, que si lo vamos a halagar por un dibujo que ha hecho, es mejor elogiar los colores que ha utilizado o los trazos que hizo en lugar de algo como “Eres el mejor pintor del mundo”… porque quizás en un futuro, cuando intente serlo y no tenga del todo esa habilidad, pueda serle muy frustrante y no entender pues su mamá siempre le dijo que era el mejor del mundo. De igual manera, es ideal halagar el esfuerzo por realizarlo más que el producto final, por ejemplo: “Me parece que le has puesto mucho empeño a ese dibujo, te felicito”.
Pasa tiempo de calidad con tus hijos. Entiendo que actualmente los tiempos son rápidos -y tecnológicos-… mamás y papás que trabajan, pasando mucho tiempo fuera de casa, pero que además cuando regresan han traído trabajo para la casa, o se encuentran enganchados al celular o computadora… Los niños de ahora están resintiendo esto sobremanera, me es común encontrar en la práctica niños que me dicen sentirse tristes porque mamá/papá “no me hace caso porque está todo el tiempo en el celular” y que responden sin dudar con un SÍ al hacerles la pregunta ¿Y te gustaría que pasen más tiempo contigo?. Darles tiempo de juego y recreación JUNTOS es otro de los puntos clave para apoyar la autoestima de los hijos, no necesariamente saliendo de paseos, al cine o a comer. Otras opciones (en las que incluso no se tiene que gastar dinero) pueden ser pasar tiempo jugando con los juguetes o juegos de mesa del niño, viendo películas juntos en casa, leyendo cuentos, etc.
Escúchalo y permítele tomar decisiones.Cuando ocurra cualquier situación (un reporte de la escuela, una pelea con otro niño, etc.), es indispensable indagar y preguntarle qué ha pasado, antes de emitir un regaño o consecuencia. De igual manera, apoya su autoestima escuchar las opiniones que él tenga que decir sobre cualquier tema o dentro de una conversación (a dónde le gustaría ir de paseo, qué opina sobre lo que le pasó a papá, etc.) esto lo hará sentirse aceptado e incluido. En algunas ocasiones, es válido incluso permitirle tomar decisiones (qué ropa quiere utilizar, qué colores quiere para su cuarto, etc.) pues le da seguridad y autonomía. Este último punto tiene una excepción: no se le permite elegir cuando se trata de realizar una consecuencia ante un mal comportamiento o cuando se le pone un límite.
Demuéstrale tu afecto. Esto va desde decirle cuánto lo queremos, hasta manifestaciones físicas de afecto (besos, cosquillas, abrazos, etc.). Con esto le enviamos el mensaje de que es una persona digna de ser querida y por supuesto, se sentirá amado.
Evitar comparaciones.Nada de compararlo con Pedrito que es bueno en matemáticas, o María que es buena en natación… Todas las personas tenemos habilidades y capacidades diferentes y es ideal enviarle ese mensaje siempre que podamos.
Darle privacidad.Los niños también necesitan privacidad. Evitemos hablar –mal-de él o su comportamiento ante otras personas (¡y mucho menos estando el niño presente!), y de igual modo, si alguien intenta hablar de ese tipo de comportamiento del niño con usted, es ideal apartarlo.
Como vemos, el trabajo en la autoestima de los hijos, también es trabajo de los papás. Si de alguna manera, aun realizando esto tenemos dificultades para apoyar la autoestima o conducta de nuestros hijos, es ideal buscar apoyo profesional que ofrezca nuevas estrategias tanto a los padres como a los niños.
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Citas con la Psic. Lizzet Cervantes Pantoja al 1950891 o al 9991637477.